Tales denuncias aparecen en el libro "El Hijo del Ajedrecista 2" en el que Rodríguez Mondragón revela presuntos nexos de la mafia del narcotráfico con el deporte, la política y la farándula. El autor, que ya publicó el libro "El Hijo del Ajedrecista" con presuntas anécdotas e historias de los jefes del narcotráfico colombiano de las que dice haber sido testigo, es hijo de Gilberto Rodríguez Orejuela y sobrino de Miguel Rodríguez Orejuela, capos del cártel de Cali, presos en Estados Unidos. Rodríguez Mondragón aseguró que su padre y su tío aportaron una cantidad no especificada de dinero para sobornar al equipo de Perú, que perdió 0-6 frente al de Argentina, resultado que permitió el avance de la anfitriona selección albiceleste y la eliminación de Brasil de la final del Mundial de 1978. Ese marcador dejó a Argentina con mejor diferencia de goles ante Brasil y le permitió jugar la final contra Holanda, en la que se impuso por 3-1. "De primera mano supimos cómo fue lo del partido Argentina-Perú. Mi tío Miguel habló con un grande del fútbol mundial y le confesó lo del dinero que hubo para arreglar ese partido para sacar a Brasil de la final", sostuvo el hijo de Gilberto Rodríguez, conocido como "El Ajedrecista" en el cártel de Cali.
José Velásquez, ex jugador de la selección peruana y titular en aquel encuentro, descartó hace tiempo, en el programa 'Al Ataque' de Phillip Butters, el posible caso de soborno, aunque reconoce que ese día nada fue normal. "Recuerdo que un día antes del partido, Chumpitaz, Oblitas, 'Panadero', Cubillas, Sotil y yo le pedimos a Marcos Calderón [técnico del equipo] que no pusiera a Quiroga, y él aceptó", recordó Velásquez. Pero luego, en el camarín, después de que llegaran el presidente argentino [el general Jorge Videla] y el secretario de estado norteamericano Henry Kissinger, vimos que el técnico lo ponía. Nos sorprendimos". Velásquez continuó con su relato: "No queríamos a Quiroga por más nacionalizado que fuera, no dejaba de ser argentino. Su familia vivía en ese país y la dictadura de Videla estaba dispuesta a todo por ganar ese campeonato. ¿Qué amenazas pudo recibir él o los suyos?, ¿qué tipo de presiones políticas hubo para que los dirigentes presionen, a su vez, al comando técnico? Por ahí viene la cosa. Quiroga, para mí, pudo evitar dos goles, pero se quedó plantadito. Es más, a Cubillas lo ubicaron mal como delantero centro. Y a mí me sacaron cuando íbamos perdiendo 2-0 para que ingresase [Raúl] Gorriti y los argentinos necesitaban cuatro tantos para pasar".
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